Persecución selectiva

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Una de los mayores engaños que ha cometido la llamada Comisión de la Verdad (CVR) en agravio de las personas que creen de buena fe en ella, es la manipulación política de los llamados “casos judicializados” en contra de militares a los que acusa de supuestas “violaciones de los derechos humanos”.

Quienes creen que la CVR actuó con claridad e imparcialidad en ese tema se equivocan. Los miembros de esa comisión, unos de manera consciente y otros como “tontos útiles”, discriminaron políticamente a quienes “debían” acusar ante la justicia.

Por ejemplo, el general Howard Rodríguez Málaga, fue acusado por la CVR de graves violaciones de derechos humanos cuando fue Jefe Político Militar de Ayacucho, en 1989, pero según la ley que regulaba los Comandos Político Militares, tenía sólo responsabilidad administrativa, mientras que la responsabilidad militar era del Jefe de Operaciones, cargo que ejerció entonces el general Walter Ledesma.

Ledesma también ejerció un cargo operativo importante en Ayacucho cuando fue jefe político-militar el general Wilfredo Mori Orzo (1985), otro acusado de “crímenes”.
Según la tesis perversa de la “cadena de mando”, Ledesma debió ser acusado de los crímenes imputados a loa generales Rodríguez y Mori, pero la CVR se hizo de la “vista gorda” solo porque fue ministro de Defensa del gobierno de Valentín Paniagüa.

Otro caso es el del general Eduardo Bellido Mora, ex jefe político militar del Huallaga, quien fue acusado de “arrasamientos de pueblos” de la margen izquierda del río Huallaga, en la operación “Aries”,que fue ejecutada y comandada por el general Roberto Chiabra. ¿Por qué éste no ha sido acusado?. Porque fue ministro de Defensa de Alejandro Toledo, quien cogobernó con la izquierda “caviar”.

El general Marciano Rengifo fue jefe de Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, es decir jefe operativo de los Frentes Huallaga, Mantaro, Huamanga y los demás, durante la guerra contra Sendero Luminoso, en 1989.

Todos los oficiales generales que comandaron esos frentes han sido “judicializados” por la CVR, pero al general Rengifo, el jefe de ellos, no lo tocan porque fue congresista de Toledo y les dio la espalda de sus camaradas cuando fue presidente de la Comisión de Defensa Nacional del Congreso.

Cuidado, no decimos que los militares toledistas hayan sido violadores de derechos humanos, sino que la CVR, de acuerdo con su lógica perversa, también debería acusarlos, pero los exoneró por razones políticas, porque se sometieron al poder caviar.

En esta persecución selectiva contra oficiales institucionalistas también participan los fiscales y jueces anticorrupción y de Terrorismo” que han “ignorado” la presencia de los militares toledistas en la “cadena de mando”. ¿De qué independencia judicial nos hablan?

Ni qué decir del aparato mediático “caviar”, que tampoco quiere ver lo evidente. A ver si sus costosas “unidades de investigación” se atreven, por ejemplo, a verificar si Chiabra comandó las operación ”Aries” en la margen izquierda del Huallaga, donde supuestamente fueron “arrasados pueblos enteros”.

¡Y ni hablar de las ONG, tampoco los han visto en sus investigaciones millonarias!. Bien dice el proverbio: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.

Todo esto demuestra que no hubo en la CVR, y tampoco hay en las ONG políticas, ni en los fiscales y jueces “capacitados” por la izquierda caviar, un auténtico afán de justicia y de verdad, sino un móvil innoble y vil de venganza política.

Todo esto ha sido denunciado por la prensa independiente cuando comenzó el gobierno aprista, hace dos años, con la esperanza de que se haría justicia, pero no ha sido así. Jorge Del Castillo ha preferido cerrar los ojos, y taparse la boca y los oídos frente a la injusticia. También ha alentado la persecución y le ha dado espacios en el Ejecutivo a la izquierda caviar y sus ONG .La historia lo juzgará. (victor.robles.sosa@hotmail.com)

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